23 de agosto de 2010

Entre lecturas

¿Quién dijo que en el verano sólo hay arena, sudor y sal? El verano es mucho más que eso; es el período ideal para encarar retos personales, acudir a los clásicos (sean estos de la índole que sean) y a los festivales de música, sucumbir al encanto del cine de verano... Pero, sobre todo, es el período más indicado para poder hacer frente a esa montaña de libros que tenemos apilados por algún rincón de la casa, ocupando espacios (in)necesarios, o recordándonos el poco tiempo que tenemos para nosotros durante el resto del año. Pues bien, desde PECATA MINUTA os queremos invitar a que toméis buena nota de algunas lecturas imprescindibles, así como, de alguna que otra novedad para el próximo otoño.



Los seres puros, de Micah P. Hinson

Sí, no has leído mal. Micah P. Hinson; es decir, ese cantautor norteamericano de aspecto frágil y despistado que parece sacado de una novela de John Fante, azote del folk y sus implicaciones clásicas, publica novela en nuestro país gracias a Alpha Decay. Los seres puros goza del lirismo extraño y melancólico que destila la vasta producción musical de este joven prodigio de la canción de autor norteamericana.





Los seres puros es una novela breve escrita con
pulso febril y exacto; siguiendo la estela de los maestros del realismo sucio, Micah reflexiona en torno a la vida de dos jóvenes solitarios, enfermos, malditos y enamorados. Los acompaña en un viaje suicida y sentimental cargado de interrogantes. Los protagonistas de esta novela sólo encuentran una respuesta en el amor, entendido como un patético intento de supervivencia, y en la creación literaria, esfuerzo último de trascendencia. Una primera novela que se bebe a sorbos lentos y que recuerda, por su humor negro y su tristeza, al viaje a ninguna parte de los personajes de Buffalo ’66.

Los seres puros, de Micah P. Hinson
Alpha Decay (colección Héroes modernos)
Traducción de Juan Antonio Montiel y David Colmenares
Fecha de publicación: noviembre de 2010



El río de la vida, de Norman Maclean

Tengo debilidad por Libros del Asteroide. Sólo el nombre ya es garantía de buen hacer y profesionalidad. Esta editorial tiene uno de los catálogos más sólidos y atractivos del panorama literario nacional. Angel Wagenstein, David Malouf, Sue Kaufman, David Gates, Léo Malet, etc. son algunos de los autores y autoras que construyen el catálogo de esta editorial catalana. De entre todas las novedades de esta editorial para el próximo Otoño, he seleccionado la siguiente
El río de la vida de Norman Maclean.




Las tres historias que forman este libro se han convertido por derecho propio en clásicos de la literatura norteamericana más reciente. Maclean las escribió cumplidos los setenta, cuando ya estaba jubilado como profesor de Literatura de la Universidad de Chicago. La pesca con mosca, el trabajo de los guardabosques, la naturaleza, la vida en Montana a principios de siglo, son algunos de los temas que Maclean aborda en estas inolvidables historias autobiográficas en las que retrata su aprendizaje vital. Sus historias pretendían expresar, en palabras del propio autor, «un poco de ese amor que siento por la tierra». Robert Redford adaptó este libro al cine en 1992 en un largometraje homónimo.

El río de la vida, de Norman MacLean
Libros del Asteroide
Traducción de Luis Murillo
Fecha de publicación: 30 de agosto



No matarás. Célebres verdugos españoles, de Salvador García Jiménez

Otra debilidad afincada en la maravillosa ciudad de Barcelona: Melusina. Esta editorial ha publicado uno de mis libros favoritos, “Famosos Impostores”, de Bram Stoker, y tiene uno de los catálogos más originales del panorama literario. De esta editorial, he querido seleccionar un libro, cuanto menos, atractivo, No matarás. Célebres verdugos españoles.



De muy pocos ejecutores de justicia se han conservado sus semblanzas hasta llegar a la Revolución Francesa, donde Henry Sansón, nacido a la sombra de la guillotina, rompe al publicar sus memorias con el anonimato que la sociedad parecía imponer a sus compañeros de escalafón. Salidos de la marginación también por el retorcido encanto que tuvieron para Espronceda, Concepción Arenal y Emilia Pardo Bazán, entre otras plumas, nunca habían sido recogidos en sus existencias reales como una generación que se encargaba de levantar todos los patíbulos y hacer funcionar todos los garrotes de las Audiencias de España y de sus colonias entre los siglos XIX y XX.

No matarás. Célebres verdugos españoles, de Salvador García Jiménez
Melusina
Disponible en librerías

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