La nueva generación de teléfonos ha cambiado totalmente la manera de hacer fotos con un móvil, tanto a nivel estético como en el uso que hacemos de ellas.
Ahora que estamos conectados todo el día a las redes sociales, las fotos que hacemos con el móvil han dejado de estar destinadas únicamente al fondo de nuestra pantalla. Colgadas enseguida en nuestros perfiles, cuentan dónde estamos, qué hacemos o qué estamos viendo, y todo esto en tiempo real. Una explosión de información fotográfica que los desarrolladores no podían dejar pasar…
This is not a phone
El teléfono ya no se limita a hacer fotografías (y poder llamar, también, claro). Se han desarrollado un sinfín de aplicaciones con sorprendentes posibilidades creativas. Apple en particular se lleva la palma comercial.
Encontramos efectos “previsibles” como los de Pano y sus fotos panorámicas, SodaSnap Postcards, que, como bien indica su nombre, permite hacer postales con tu móvil, o Camera Bag que proporciona todo tipo de filtros.
También tenemos unos cuantos que nos hacen pensar que nuestro Smartphone tiene las mismas posibilidades que la Leica de Capa.
Tiltshift permite añadir un ligero desenfoque para aumentar la profundidad de campo, pero si os gusta que vuestro Iphone os la calcule directamente (porque sí, la técnica también importa) HFD Calculator os hará el favor.
Si ya hace tiempo que habéis renunciado a los placeres de la fotografía analógica, no pasa nada. Podéis volver a encontrar las sensaciones del cuarto oscuro con Flex Photo Lab con la versión digital y pequeña del revelado. Y para los auténticos, los puristas, FND Mobile (Film is not Dead ) os recrea las sensaciones de la película y del revelado con 17 películas diferentes y 296 revelados con filtros, proporciones y velocidades. Sólo os falta la bombilla roja. Esperad un poco, seguro que lo tenéis en el Apple Store en nada.
Arte, marketing, realidad
Aunque estas aplicaciones técnicas hayan sido un éxito, las que realmente dominan el ranking de las más bajadas son las de efectos “vintage”. Las fotografías con el toque Lomo, Olga o Polaroid han invadido las pantallas de nuestros teléfonos, blogs, vídeos musicales, catálogos y redes sociales. Una de las más usadas es Hipstamatic, que ha basado su fama sobre una leyenda: la Hipstamatic habría sido supuestamente una misteriosa cámara de plástico tipo Lomo, cuya óptica se podía cambiar, y que habría aparecido en algún pueblo de Wisconsin, EE.UU., en los ochenta. No busquéis una de las 200 cámaras Hipstamatic 100 que debiera de haber por el mundo (o Wisconsin). No existen.
Eso al final importa poco. La muy hábil campaña de marketing y las posibilidades creativas (cambio de óptica, de película virtual, efectos…) han hecho de esta aplicación una de las más exitosas. Entre la moda retro y algo de buen marketing viral, la Orange Dot Gallery de Londres organizó una muy comentada exposición de fotografías de aficionados compartidas en el blog de la aplicación, uno de los más seguidos de la plataforma Tumblr. Una exposición cuyas fotos fueron definidas como fotografias Lo-Fi (ejem... Aunque suena muy bien, hace falta volver a definir otra vez el Lo Fi).
Como siempre, Warhol tenía un gran avance sobre su tiempo, sus profecías cumpliéndose hasta en el vasto mundo 2.0.
Las aplicaciones de fotografía por teléfonos han llegado hasta ámbitos más sorprendentes.
El fotógrafo de la Associated Press David Guttenfelder dejó un momento sus cámaras tradicionales para hacer toda una serie de fotografías retratando el conflicto en Afganistán con su Iphon.
Sí. Muchas voces se han elevado contra el marketing de Apple, que se hace hasta a costa de un conflicto, y muchos han cuestionado la necesidad de poner un efecto estético en este tipo de fotografías, pero hay que reconocer que estas fotos, tratando más bien de las condiciones del ser humano en la guerra, soldados como civiles, transmiten a través de estas imágenes borrosas e imperfectas un profundo sentimiento de cansancio, de conflicto interminable. Fotografías de guerra, de vidas interrumpidas que tienen el mismo aspecto que las fotografías antiguas de nuestra infancia, o que las fotos molonas que colgamos en nuestras redes sociales… Algo conmovedor que da que pensar sobre el uso que podemos hacer de nuestros teléfonos.
“Tu vida, como la portada de un disco de Beach House o los polaroids de tu madre”
Las fotografías “retro” están por todas partes y ningún ámbito escapa a la tendencia. Música (os recomiendo el excelente artículo This is not a photograph, de Eric Harvey, en la web musical Pitchfork), moda, publicidad, cine… La tecnología nos ofrece la posibilidad de reproducir estas tendencias; personalizarlas (con más o menos originalidad); darlas a conocer a nuestro mundo. Identificarnos con ciertos estilos de vida, según criterios.
Puede cansar la saturación que provoca esta ola de imágenes que muchas veces se parecen y dicen lo mismo. Objetos corrientes, situaciones estáticas, aburridas, que parecen tomar de repente otro relieve. Pero también nos ofrece la posibilidad de crear con aparatos cada vez más sencillos y completos a la vez, compartirlo y comunicarlo de otro modo, de ser testigos de nuestra época.
Una cosa no cambia. Siempre habrá que buscar, ser creativo, tener ideas para conseguir algo fuera de la ola de imágenes repetitivas, de la estética “indie” que ya empieza a entrar en el mainstream al ser tan usada. Siempre podemos superarnos, realizar telefonografías realmente personales, desconcertantes…
Fotografías (de arriba a abajo):
1-Chucks.
2- Interfaz de la aplicación Hipstamatic.
1 comentario:
Hola Julie!
me ha gustado mucho el artículo!!
es verdad que cada vez se ven más fotso con efectos, creo que ahora lo raro es que no esté tocada!!
Una pena porque me encantaban las polaroid y ahora se ven tantas que se te quitan las ganas de utilizar ese efecto! besos!
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