13 de junio de 2011

Hasta que el cuerpo aguante (II)

En el anterior programa ya advertimos que durante el mes de junio la música y sus circunstancias se iban a convertir en los únicos pasajeros de nuestra estación. Por este motivo, dos grupos andaluces –uno con una ascendente proyección nacional y otro con un camino recién estrenado- pasaron por el programa para hablarnos sobre sus respectivos trabajos discográficos.



Pony Bravo o la tradición del ingenio andaluz

Es difícil escribir sobre un grupo como Pony Bravo, una banda sobre la que se ha escrito o dicho casi todo; un cuarteto con un ingenio y capacidad reflexiva poco habitual en el mundillo. Javier Rivera, batería del grupo, charló con el Maquinista y con menda sobre los asuntos que se traen entre manos, sus álbumes, la situación social en nuestro país y todo aquello que surgió en una tarde vallekana de sábado.







Pony Bravo es un grupo de melodías delirantes, letras áridas e inteligentes –con una de las consignas contraculturales más interesantes- que con su primer trabajo, Si Bajo de espalda no me da miedo (El Rancho, 2008), sacudió la escena andaluza con un rock subversivo de pelaje diverso que nos invitaba a habitar en ese difícil territorio donde convive lo popular con lo que está por hacer o construir. En 2010, ofrecen mediante descarga a través de su página Web, su segundo trabajo, Un Gramo de fe (El Rancho, 2010), un trabajo soberbio con temazos como “La Rave de Dios”, “El Campo fui yo”, o la célebre “Noche de setas”.


Próximos conciertos de Pony Bravo



The Indredible shouting market pone voz al cruce de fronteras

The Indredible shouting market es un grupo formado por cinco miembros de diversa procedencia que han sido capaces de encontrar un lugar común desde el que proyectar su sonido. Tienen su campamento base en la ciudad malagueña de Antequera y desde allí estos chicos han publicado uno de los epes más atractivos de los últimos años, donde los estilos se sumergen en una suerte de amalgama desde la cual surge su identidad sonora.





Este EP homónimo suena a lo mejor de los noventa, a guitarras que caminan entre la elegancia y la suciedad de primera clase, a composiciones que se apoyan en un juego de voces hipnóticas; suenan a Pixies, Beck, REM, Weezer, los Smashing pumpkins primerizos, Live, la Velvet, Wilco, Yo la tengo, Belle and Sebastian,... suena a haber escuchado mucha música y haberla sabido procesar como pocos. Atentos a estos cinco porque la van a liar...

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