Ruido somos (y en ruido nos convertiremos)

En el capítulo anterior...

El sábado 3 de marzo prometía ser descarado... Queríamos hacer nuestra la ciudad (antes de que ella nos hiciera suyos), y para ello teníamos que hacer ruido, mucho ruido.

Teníamos una esperada puesta de largo; la presentación del álbum de debut de un grupo que aspira a algo tan grande como dejar chorreando las camisetas del público que llena sus conciertos. Algo difícil de conseguir, no creáis, por más que a su cantante, según nos confesaron, se le vaya de vez en cuando la olla...

Eso sí, antes de empezar, de salir al aire, como se suele decir, nos preguntamos si, después de varias semanas consecutivas de reflexiones crudas, incómodas, tal vez sería mejor optar por un comienzo más amable...

La pregunta nos la hacíamos nosotros mismos, y nosotros mismos debíamos responderla. Por suerte, coincidimos en que, como seres curvos que somos, no podíamos renunciar a nuestra propia naturaleza. Si la situación obliga a la reflexión, ahí seguiremos. Y seguiremos del lado de los buenos. Y también de lo bueno.

Y es que, pese a nuestro inconformismo, seguimos creyendo en la gente. Debido a nuestro optimismo, seguimos soñando imposibles. Será eso, justo eso... Que, también nosotros, somos demasiado soñadores. ¿Y qué podemos hacer cuando el mundo se está derrumbando?

Sepas o no la respuesta, lo mejor en este momento es que te quedes a nuestro lado... y le des al play. Después, todo puede derrumbarse.


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