En el capítulo anterior...

Tal vez aún apenas sea posible...

Puede llegar un día en que las palabras dejen de tener sentido. Simplemente, porque no sepamos qué designaron o a qué pertenecieron...


Esta es la reflexión con la que nos sorprende la poeta Chantal Maillard, ganadora del Premio Nacional de Poesía en 2004, en su nuevo libro "La tierra prometida", con el que pretende concienciar a los lectores para que comprendan y respeten la Naturaleza, y se sumen a la búsqueda de un mundo maravilloso... Ese que cada día nos va quedando más y más lejos.

Mas no es este un libro de poesía, ni tampoco lo pretende, como reconoce la autora. "La tierra prometida" es mucho más que un manifiesto; es un canto a la vida. Y la escritora, una "intermediaria" en este proyecto, como gusta definirse. Una intermediaria que ha demostrado una enorme sensibilidad y solidaridad con todo cuanto la rodea.

Los nombres de las especies en peligro de extinción irrumpen en esta obra con el fuerte deseo de no ser olvidados, y se enlazan rítmicamente en sus páginas como si de un poema circular se tratara, pero sólo si lo entendemos a la manera de las "tradiciones ancestrales", por su finalidad y su uso "mágico".


Con Chantal hablamos el pasado sábado 5 de diciembre en nuestro programa, en el que, una vez más, cumplimos con nuestra cita habitual de cada mes con AnteQultura y, cómo no, con su responsable de contenidos, nuestra colaboradora Cristina Consuegra.

También quisimos charlar con Jesús Ortiz, director de la editorial milrazones, por ser una persona que desde el primer momento creyó en "La tierra prometida", convencido del noble propósito de la autora y del "efecto resonancia" que la obra puede tener.

Y un efecto resonancia es lo que pudo tener la canción "Beds are burning", de MIDNIGHT OIL. Con ella comenzamos un programa en el que también sonaron los temas de BOB GELDOF, y en el que también mostramos empeños en intentar comprender qué está ocurriendo en el país vecino francés...