En el capítulo anterior...
No siempre se tiene la ocasión de conocer a gente que hable tan abiertamente, y que diga las cosas con tanta pasión, con tanta honestidad. Pero lo cierto es que ella afirma, con una sonrisa, haber vivido mucho. Mucho y plenamente.
Sólo alguien así se atrevería a decir que en su profesión hay mucha basura. Y, en realidad, sabemos que dice la verdad. Pero todavía hoy parece que nos cuesta acostumbrarnos a eso; a que nos hablen alto y, sobre todo, claro.
Rosa Veloso es fotógrafa. O quizás deberíamos escribirlo con mayúsculas (pero, por aquello de la corrección ortográfica, lo dejaremos así). Siempre ha sentido su trabajo en mayúsculas, que, en el fondo, es como hay que sentir lo que se hace o lo que se dice.
Rosa fue nuestra artista invitada el pasado sábado 4 de febrero, y ella, que nunca se conformó con ver la vida pasar, quiso dejarnos frases que, en sí mismas, son pura poesía: "La fotografía es hermosa, pero también puede ser a veces fría. Y no hay nada más maravilloso que tener en tus manos algo frío que se derrite". Y ante esto, ¿qué podríamos añadir nosotros...?
Sólo alguien así se atrevería a decir que en su profesión hay mucha basura. Y, en realidad, sabemos que dice la verdad. Pero todavía hoy parece que nos cuesta acostumbrarnos a eso; a que nos hablen alto y, sobre todo, claro.
Rosa Veloso es fotógrafa. O quizás deberíamos escribirlo con mayúsculas (pero, por aquello de la corrección ortográfica, lo dejaremos así). Siempre ha sentido su trabajo en mayúsculas, que, en el fondo, es como hay que sentir lo que se hace o lo que se dice.
Foto: Ana F. |
Rosa fue nuestra artista invitada el pasado sábado 4 de febrero, y ella, que nunca se conformó con ver la vida pasar, quiso dejarnos frases que, en sí mismas, son pura poesía: "La fotografía es hermosa, pero también puede ser a veces fría. Y no hay nada más maravilloso que tener en tus manos algo frío que se derrite". Y ante esto, ¿qué podríamos añadir nosotros...?
Así es ella. Una loca demasiado cuerda; una superviviente a quien hacía tiempo que queríamos tener en el programa. Pero ella, ¿acaso en un gesto decimonónico?, se hizo de esperar. Como todo lo bueno, dicen.
Y ahora, cuando más se está hablando de ella, vino. Vino y nos regaló este programa. Un disfrute, en suma, para los sentidos...
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Y ahora, cuando más se está hablando de ella, vino. Vino y nos regaló este programa. Un disfrute, en suma, para los sentidos...
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